viernes, 12 de diciembre de 2008

Mi aventura de ser docente

Reflexionar sobre esta lectura me ha permito tener una perspectiva más adecuada de mi visión que tenía de ser docente.
El maestro Esteve retrata de una forma clara nuestros inicios, ya que en mi caso particular, no tenía ninguna formación pedagógica, lo que me llevo a sentir una inseguridad durante mis primeras clases impartidas. El ensayo y error cometidos en mis inicios me han dado las experiencias para mejorar mi labor docente. Hoy no sufro de ansiedad por preparar una sesión o un tema determinado, hoy gozo de las actividades que realizan mis alumnos, y en el 90% de los casos aproximadamente salgo satisfecho de los logros alcanzados, mi libertad radica en hacer lo que me gusta, la docencia, la cual es un reto diario de actividades innovadoras, lo que me permite después de 25 años, sentir que estoy en mi primer día de clases, pero con las experiencias necesarias para un nuevo reto, ser mejor maestro día con día.
Es importante enlazar el pensamiento y el sentimiento, en mi profesión nos habían mencionado que siento y luego pienso, y que muchas veces pensamos cosas diferentes a las que sentimos, pero cuando pensamos sintiendo, estamos involucrando un factor muy importante, el de las emociones. El crear un ambiente agradable en las aulas, nos permite aprender a través de actividades lúdicas, lo que efectivamente nos da un sentido humanista a la educación.
Cuando logramos involucrar a los alumnos en los temas a tratar y logramos que el aprendizaje sea significativo, despertamos en ellos la inquietud de adquirir conocimientos y entonces definitivamente surgirán dudas en ellos y preguntas, entonces y solo entonces aparece el maestro, quien será su guía para su aprendizaje.
Es importante también el trabajo actual con las secuencias didácticas, las cuales son una guía de nuestro trabajo, más no se pueden seguir al 100 % ya que cada grupo es diferente y debemos adecuarnos a ellos. Esto nos a permitido no caer en el aburrimiento y monotonía de antes, en las cuales llegamos a repetir una clase hasta 5 veces al día.
De acuerdo a la identidad profesional como docente, pienso que la vamos adquiriendo conforme nuestra experiencia, efectivamente al principio intentamos ser una copia de quien consideramos nuestro mejor maestro, en mi caso como maestro del nivel medio superior, me ha tocado vivir diferentes etapas, desde creer que éramos el centro de la educación, los que teníamos la sabiduría y control de todo lo conocido, hasta recapacitar y cambiar cuando nos damos cuenta que nosotros cuando estudiantes, teníamos las mismas carencias de nuestros alumnos, pero más aún cuando nos dimos cuenta que nuestros alumnos son bachilleres y no profesionistas, y queríamos enseñarles como si ya fueran mayores.
Conforme adquiero experiencias, he aprendido la importancia de una buena comunicación y no caer el error de que los alumnos conocen el código con el que trabajamos, en mi labor diaria es importante la comprensión de las cosas, si comprendemos podemos abrir un canal de comunicación. Este canal facilita la interlocución. Hoy puedo decir que domino el espacio del aula, pero esto lo he adquirido con el tiempo.
La disciplina ha sido un factor muy importante en nuestra labor, y en muchas ocasiones y debido a mi inexperiencia actuaba de una forma rígida, inflexible, sin bajarme de mi nivel ni consensar con los alumnos. Hoy en día mi disciplina es flexible, consensada e intento convencer, no vencer a mis alumnos, logrando comprometerlos en las actividades, fijando limites en común acuerdo.
En muchas ocasiones nos hemos quejado del nivel con que vienen nuestros alumnos, perdía mucho tiempo, ellos están ahí, para aprender y nuestra labor es ayudarlos, ya no pierdo el tiempo y elaboró estrategias que les permiten regularizarse.
Efectivamente es un orgullo ser maestro, y como lo dije anteriormente, dichoso quien tiene un trabajo, pero más dichoso quien tiene un trabajo y le gusta lo que hace.
Gracias maestra y compañeros por leer este escrito.


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